Iluminación portátil: su evolución

Iluminación portátil: su evolución

Del uso de las antorchas con fuego directo al empleo de lámparas de mano con tecnología como Bluetooth, sensores de movimiento, bocinas y wifi. Así ha sido el desarrollo y la evolución de la iluminación portátil para la humanidad.

Lámparas de grasa animal

Diferentes culturas en diversas partes del mundo hicieron uso del fuego directo para alumbrarse. De esta manera, las hogueras, fogatas y antorchas fueron una constante entre los primeros seres humanos. Al paso de los años, fueron creando contenedores naturales para “atrapar” la luz. Por ejemplo, en lo que hoy se conoce como África, el norte de España y Asia se han encontrado vestigios de lámparas rústicas elaboradas a partir de rocas huecas, conchas marinas y otros contenedores naturales a los que les añadían hierba seca para luego humedecerla con grasa de origen animal a fin de “encender el fuego”. A estos primeros artefactos luminosos se les conoce como “lámparas animales”. Al paso de los años, las lámparas comenzaron a ser fabricadas con barro, posteriormente de metales (como el hierro y el bronce); también con vidrio en el que se colocaba grasa de ballena, incluso el tuétano de los huesos de grandes mamíferos.

Leonardo da Vinci multiplicó la capacidad lumínica

El erudito italiano Leonardo da Vinci tiene decenas de inventos, entre los que se encuentran varias lámparas a las que les añadió un tubo de vidrio lleno de agua en cuyo interior introdujo una fuente de calor de forma cilíndrica también elaborada de vidrio, ello con la finalidad de resguardar la llama de las corrientes de aire, por lo cual ardía de forma uniforme. Da Vinci, al colocar el agua, generó un aumento de la luz y, por consiguiente, su invento multiplicó la capacidad lumínica de las lámparas que hasta entonces se conocían. Con ello, se apreció la importancia de la intensidad y permanencia de la luz.

El arribo de lámparas con “oro negro”

Cuando se descubrió el petróleo y sus capacidades de combustión, la luz cambió el curso de la humanidad, pues generó el desarrollo de numerosas lámparas que tuvieron una diversidad de nombres: sturmlaternen, en Alemania; wind-lamps o hurricane lamps en Estados Unidos; luz brillante, en Cuba; lámpara de parafina, en Chile; Canfín, en Costa Rica, y paraffin-lamp, en Inglaterra. En España y en México se les conoció como lámparas de petróleo. A partir de 1859, la industria petrolera moderna comenzó a ser parte del desarrollo de una infinidad de nuevos productos, como el queroseno, el cual se hizo muy popular como combustible limpio y barato para iluminar los hogares, las industrias, las fábricas y otros sitios tanto públicos como privados. Por ello se le conoció como el “oro negro”.

Aún vigentes

Diversas empresas elaboraron lámparas de petróleo, entre las que se encuentran: en Alemania, Feuerhand, Bat, Frowo o Rhewum; en Inglaterra, Chalwyn; en Polonia, Jupiter; en Checoslovaquia, Meva; en Estados Unidos, Dietz; en Bélgica, Wilba; en China, Swallow; en Corea, Hope; en España, Fisma. Si bien ya no se usan como en antaño, en algunos países asiáticos aún las emplean. Por su parte, en Occidente se venden para los campistas, senderistas y otros expertos de las aventuras naturales. Así como también son adquiridas como piezas de decoración.

La tecnología y la luz,
excelente mancuerna

Pasaron los años y se desarrolló la lámpara de gas. Posteriormente surgió la luz eléctrica y con esta los focos de todos los tamaños. A la llegada de las baterías o pilas portátiles, las lámparas comenzaron a ser parte de la cotidianidad de los humanos, que las llevaron por todos lados. El británico David Misell desarrolló la linterna (en inglés se le llama flashlight). Era una pequeña lámpara con baterías, creada en 1899 con focos incandescentes. Después arribaron la lámpara incandescente y la que emplea iluminación led hasta lo que hoy conocemos como lámparas portátiles. Estas no solo iluminan por las noches, sino que contienen diversos elementos tecnológicos que los hacen unas herramientas para el mundo moderno.

Funcionalidad múltiple

Por ejemplo, hay lámparas portátiles en las que es posible conectar diversos sistemas de comunicación, como: bocinas, wifi para reproducir música u otros elementos radiofónicos. Así como también incrementan de forma automática su luminosidad de acuerdo con la cantidad de luz natural que se perciba. Incluso, las lámparas portátiles modernas tienen una duración de hasta 12 horas consecutivas y pueden recargar su batería fácilmente, por lo que son una herramienta que acompaña a los usuarios en distintos momentos, tanto fuera como dentro de casa.

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