Arte y luz en el Tamayo

La exposición Cerith Wyn Evans en México reúne doce piezas producidas en los últimos diez años. A partir de esculturas de neón, elementos cinéticos y orgánicos, piezas sonoras y una serie de candelabros de cristal de murano, la muestra buscará detonar experiencias sensoriales y temporales en el espectador. En conjunto, estos elementos crearán un entorno inmersivo para desafiar las nociones de percepción, cognición, subjetividad y realidad.

El trabajo del británico Cerith Wyn Evans es conocido por crear momentos de tensión y fractura dentro de las estructuras de comunicación existentes –ya sean visuales, sonoras o conceptuales–, a través de estrategias como la refracción, la yuxtaposición, la superposición, la contradicción, la oclusión y la revelación.

Su primera exposición monográfica en México reúne una serie de 12 obras producidas en los últimos años. Esta busca cuestionar las nociones de realidad, cognición y subjetividad, así como detonar registros nuevos e imprevistos en torno a la percepción. Para el artista, se trata de un “experimento con recursos fluidos”.

Con un montaje que responde específicamente a la arquitectura del museo, las obras actúan como catalizadores creando líneas visuales o de sonido que atraviesan los espacios de exposición, como si establecieran un diálogo o un “concierto” entre ellas. Así, Wyn Evans se acerca a lo material e inmaterial a través de los efectos transformadores que la luz, el sonido y la duración pueden tener en el espacio y sus ocupantes.

La muestra se centra en la instalación a gran escala “E = C = L = I = P = S = E (2015)”, que permanecerá suspendida del techo en el patio central del museo. En esta pieza, un texto en neón describe la progresión temporal y geográfica de un eclipse de sol en varios continentes. Por su parte, Aquí el espacio se transforma en el tiempo … aquí el tiempo se transforma en el espacio … (2007) resume dos temas clave para el artista: percepción y duración, mientras que las referencias textuales logran generar una síncopa entre las nociones de ubicación, percepción y comunicación.

Dos de las obras más nuevas, Sutra (2017) y Mantra (2017), instaladas en el patio central y la sala 2, respectivamente, exploran el potencial del audio transformado y transfigurado en luz. Se trata de un par de candelabros de vidrio adornado (fabricados por Galliano Ferro en Murano), que parpadean intermitentemente a partir de la iluminación dirigida por una partitura de piano compuesta e interpretada por el artista.

Instalada en la sala 1, The Illuminating Gas … (after Oculist Witnesses) (2015) está inspirada en las formas radiales tripartitas del “Oculist Witnesses” (Testigos oculistas) de la icónica obra The Bride Stripped Bare by Her Bachelors, Even (1915-23) de Marcel Duchamp. Tres discos de neón blanco brillante recrean las formas del Duchamp original a partir objetos tridimensionales y multidimensionales.

En este mismo espacio, Neon Forms (After Noh II) y Neon Forms (After Noh III), ambas de 2015, crean “figuras” que, desde ciertos ángulos, parecen dibujadas con una sola línea quebrada, mientras que desde otros crean un collage caótico. Suspendida del techo, la estructura de neón parece extenderse, plegarse y desaparecer en el espacio, provocando que la experiencia del espectador sea elástica.

La exposición estará abierta hasta el 6 de mayo en el Museo Tamayo.

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