La intimista luz de Drip y Drop de Bover

Bover es el resultado de la profesionalidad y las inquietudes de un equipo de personas que vive y siente el mundo cultural que lo rodea, de un equipo de respetados diseñadores avocados a la creación de nuevas experiencias de iluminación para todo el mundo. Bover produce íntegramente en Barcelona, ejerciendo un control total sobre su cadena de producción y gracias a ello consigue garantizar una excelente calidad así como plazos de entrega adecuados a las necesidades del mercado.

 

Drip y Drop

La pequeña pantalla de Drip y Drop está hecha de vidrio de borosilicato, más fino y delicado que el vidrio soplado. La elección del vidrio está íntimamente relacionada con la luz que crea. En palabras de su creador: “Buscaba una luz bastante brillante, y el cristal translúcido y su forma contribuyen a ello. La fuente de luz es un led que está escondido para que el protagonista único sea la luz; que al proyectarse y reflejarse en los materiales que se va encontrando por el camino, crea un juego de luces, brillos y sombras. Todo eso, da riqueza al objeto”.

Su luz es intimista, pero también tienen una utilidad práctica para quien se encuentra cerca. “Siempre tengo en cuenta el espacio donde se va a ubicar una lámpara porque es ahí donde cobra sentido”, explica Christophe.

Drip y Drop están pensadas para su aplicación tanto en proyectos residenciales como contract. Gracias a sus múltiples aplicaciones, funciona muy bien en todos los espacios de hoteles, tanto en zonas comunes como en habitaciones.

“Quería que el material fuera muy gustoso, casi como un caramelo”, afirma Christophe Mathieu.

Todos los modelos de Drip y Drop prestan especial atención al detalle, a la calidad de la luz, sus brillos, colores y contrastes, pero sobre todo a la necesidad específica que han de cubrir. La versión de pie de Drip y Drop dispone de bandeja y conexión USB, ideal para cargar el móvil en la recepción de un hotel o en un bar mientras charlamos.

Sobre el diseñador

Christophe Mathieu

Todo el mundo sabe que las Islas Canarias tienen el mejor clima del mundo, o al menos así pensaron los padres de Christophe cuando dejaron Alemania y Bélgica para instalarse en la España de los años 60. Empezó a trabajar con su padre arquitecto y decidió estudiar interiorismo en Barcelona. Una vez acabados los estudios, Christophe se marchó a Milán y allí descubrió el diseño industrial. Con el tiempo, echó de menos el carácter Mediterráneo y decidió regresar a Barcelona donde abrió su  propio estudio. Las proporciones, la belleza, la sorpresa y la seducción están en la base de sus diseños. Sus lámparas, como objetos de luz, buscan iluminar con calidez y delicadeza los espacios. Tiene siempre presente los aspectos emotivos, los de uso y funcionalidad, sin olvidar que si bien la función principal es la de iluminar, también la lámpara misma es iluminada convirtiéndose en un objeto observado que ocupa un lugar en el espacio.

Bover Barcelona está disponible en Diez Company. Más info: CLIC AQUÍ.

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