La Bourse de Commerce de París-Pinault Collection, reformada por Tadao Ando

Un edifico histórico de belleza única y que alberga ahora una de las colecciones más impresionantes del mundo ha sido intervenida –restaurada y adaptada– por el arquitecto japonés, que tal vez sea en estos momentos, el más importante del mundo. El resultado es un nuevo legado para la arquitectura en general; sobriedad genuina del espacio.

En el país de la cultura y el arte, como se refiere el propio arquitecto a París, se ha emprendido una empresa que requería de la sutileza y el respeto máximo por la tradición, la forma y la belleza. El arquitecto elegido por su sensibilidad ante tales premisas no pudo ser otro que el galardonado por el Premio Pritzker, Tadao Ando.

“Este es un proyecto que llama a las personas a recordar la orgullosa identidad de Francia como país de cultura y arte y a renovar sus esperanzas para el futuro. Me siento verdaderamente honrado de poder servir como arquitecto de tal proyecto. Tuve el placer de participar en un importante proyecto anterior del Sr. Pinault: la Punta della Dogana en Venecia, Italia”, comento el creador japonés sobre su intervención. Responsable de la magna tarea de reformar la imagen de esa aduana histórica construida hace varios años, la nueva encomienda fue recrear los espacios para darle una nueva vida como museo de arte, para eso propuso introducir “elementos arquitectónicos como dispositivos para inducir el diálogo entre lo antiguo y lo nuevo. Este concepto se resume en el patio central, el espacio principal de la galería con un plano cuadrado, que incrustado en el corazón del edificio. La Bolsa de Comercio es también un exquisito edificio histórico. Al anidar nuevos espacios dentro de ella, respetando los recuerdos de la ciudad grabada en sus paredes, transformé todo el interior del edificio en un espacio para el arte contemporáneo. El tema aquí, una vez más, es crear un edificio que conecte el pasado con el presente y el futuro”, comentó el reconocido y muy apreciado arquitecto japonés.

Historia reconstruída

La Bolsa de Comercio, construida hace casi tres siglos, tiene un plano circular con una icónica rotonda en su centro. El espacio se reconfigura con la inserción de un cilindro, de treinta metros de diámetro, formado por un muro de hormigón de aproximadamente nueve metros de altura. Este cilindro da forma al espacio central de exhibición debajo de la cúpula y encierra el auditorio y el vestíbulo bajo tierra. También se crea un nuevo espacio de pasillo entre el exterior del cilindro y la fachada interior diseñada por Blondel. La cúpula del edificio está catalogada como monumento histórico desde 1986.

Con la nueva transformación del edificio se ha establecido un diálogo más fluido entre el patrimonio y la creación contemporánea, entre pasado y presente.

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