Roden Crater, una obra monumental de James Turrell

Esta es la obra más importante de James Turrell cuya construcción ha llevado alrededor de 45 años, aunque su finalidad es que dure siglos. Un regreso al origen en el que hombres y estrellas eran uno. Roden Crater puede ser catalogado ya como un proyecto histórico y único por todo lo que conlleva.

Roden Crater pertenece a esa tradición de estructuras monumentales que han sido construidas por artistas, gobernantes y sacerdotes, antiguos y modernos. Los observatorios sobre tierra para eventos celestes específicos incluyen Maeshowe, en Escocia (que es anterior a las pirámides); Newgrange, en Irlanda, y Abu Simbel, en Egipto. Los restos de sitios antiguos que se asemejan a “volcanos hechos a mano”, grandes montículos con una hendidura en la cumbre, también se encuentran dispersos por todo el mundo. Estos incluyen Herodium cerca de Jerusalén y Old Sarum en Inglaterra. En el siglo XVI, el gran astrónomo Tycho Brahe fue pionero en “observatorios a simple vista”, de los cuales el Jantar Mantar del siglo XVIII en Jaipur es, quizá, el mejor ejemplo. James Turrell estudió y adaptó las características esenciales del observatorio a simple vista a sus diseños para Roden Crater, donde la formación natural recordaba estos precedentes hechos por el hombre. 

Milenios de luz

Con la idea en mente de la trascendencia eterna, James Turrell construyó Roden Crater y se calcula que esta obra monumental dure siglos. La fase de construcción principal incluyó el movimiento de más de 1.3 millones de metros cúbicos de tierra para moldear solamente el Crater Bowl y construir el túnel 854 ‘East. Seis espacios fueron concluidos ya, incluidos 2 de los más difíciles, la forma del Crater Bowl y el Alpha (East) Tunnel. Orden Crater estará compuesto en su finalización por 21 espacios de visualización y 6 túneles.

A lo largo de la planificación y para su construcción, Turrell consultó a astrónomos destacados, incluido EC Krupp, Director del Observatorio Griffith en Los Ángeles, y al fallecido Richard Walker, astrónomo del Observatorio Naval de EE. UU. en Flagstaff, para calcular la excavación y alineación de los túneles y aberturas del cráter. Cuando se completen, las estructuras dentro del cráter formarán un vasto observatorio a simple vista de objetos celestes y eventos, que van desde oscuros e infrecuentes hasta el solsticio de verano e invierno más familiar.

Cálculos exactos

Roden Crater es, en efecto, un espacio con características particulares de máximo cálculo astronómico que, además, tendrá un calendario para los movimientos y eventos celestes, planificados con exactitud para que quien conozca este magnífico espacio en un futuro pueda vivir la experiencia desde el corazón de esta obra en alguno de los variados espacios del proyecto. Por ejemplo, el que anualmente se proyectará en uno de los túneles magnos construidos ya: diez días antes y diez días después del solsticio de invierno (11 y 31 de diciembre con imágenes adicionales en tres días antes y después de esas fechas); la puesta de sol anual más meridional, compensada por las fechas anteriores, se muestra en el lado oeste de la imagen de piedra. La imagen se amplía y se ilumina con un lente de vidrio esmerilado hecho especialmente para esto y se encuentra en el punto medio del túnel.

Una obra maestra del arte y la arquitectura que mezcla ramas como la iluminación, la astronomía y las matemáticas exactas, con el que James Turrell nos invita a volver al origen, a mirar el cielo y a proyectar eso dentro de un espacio calculado para recibir a miles de visitantes anualmente y que ya cuenta con lo necesario para brindar una experiencia integral con todas las comodidades.

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