Durante enero y febrero, solo mediante cita, se presenta una instalación temporal en una de las zonas más fulgurantes de New York, donde la modernidad y el arte lumínico se conjuntan para mostrar diversas configuraciones modulares que puede tener un sistema de lámparas como el de Stickbulb.
Son dos instalaciones personalizadas, a gran escala, las que Stickbulb presenta en un hotspot de la Gran Manzana creando literalmente un “bosque” eléctrico en el corazón del SoHo neoyorquino. El galardonado fabricante de iluminación con sede en la ciudad de Nueva York abre este espacio temporal para exhibir sus focos lineales minimalistas en varias y diversas configuraciones personalizadas. Dicha instalación, donde el concepto artístico se concibió centrándose en dos de los principios básicos de la marca: reutilización y modulación, está abierta desde este fin de semana y cerrará sus puertas a finales de febrero.
Conciencia y belleza
“Incluso nuestro trabajo más reciente es siempre antiguo”, comenta Russell Greenberg, cofundador y director creativo de Stickbulb. Redondeando la temática de esta instalación lumínica compuesta en dos partes señala: “La primera es X Diamond 3/60, una red de ‘diamantes’ que ilumina la entrada. Está hecha de un árbol de arce caído del huracán Sandy; Bugh, la ola gigante de 20 pies de altura de secoya que ilumina el interior se ha recuperado de la torre de agua de los altos de la 32 Court Street, el sitio del primer rascacielos de Brooklyn”.
La extensa instalación Bough parece una rama que cuelga en el centro del espacio. La rama es un orgánico sistema modular que crece desde un delgado colgante que va brotando de manera orgánica para darle esa geometría a gran escala. Esta instalación muestra lo que el otro cofundador de la marca estadounidense, Christopher Beardsley, llama “la alegría de nuestro sistema”. El objetivo de esta, como él comenta, es que “la ambición de Stickbulb es que los arquitectos y diseñadores se acerquen a nuestras luces de madera y luz como un niño haría –o armaría– un Mecano”.
Vigas de madera recuperadas esparcidas por todo el espacio en bruto forman un paisaje de bancos improvisados y sutiles sombras. A lo largo de la pared del fondo, las proyecciones capturan la historia de cómo los accesorios están hechos a mano a 2.85 millas de la instalación en Stickbulb HQ, un laboratorio de diseño, fábrica y sala de exposición de 10,000 pies cuadrados en Long Island, Queens. La instalación se encuentra en el piso del histórico 165 Mercer St, construido a principios de 1900 para albergar una fábrica familiar. La instalación estará abierta con cita previa hasta febrero.