
El lado oscuro de la luz azul: cómo nos afecta
Los dispositivos móviles, como tabletas y teléfonos celulares, así como computadoras y pantallas de TV tienen el común denominador de facilitarnos la vida. Ni duda cabe. Por otro lado, todos estos gadgets coinciden en otro punto en común: emiten luz azul. Diversos estudios han demostrado que esta clase de luz afecta al cuerpo humano. El Instituto Nacional de Ciencias Médicas Generales de Estados Unidos advierte que la luz azul interfiere con el sueño generando trastornos; en consecuencia, la calidad del descanso se ve comprometida.
Durante el día beneficia
La luz en todos sus espectros (ultravioleta, infrarroja, azul) se mide en longitudes de onda. Las longitudes de onda de la luz azul generan beneficios durante el día porque favorecen la atención, el estado de ánimo y los tiempos de reacción. El reloj biológico del organismo, ubicado en el hipotálamo, controla la mayoría de los ritmos circadianos Estos regulan los cambios en las características físicas, mentales y de comportamiento que ocurren en el transcurso de 24 horas.
Por ejemplo, puede influir en la liberación de hormonas. El más conocido es el ritmo circadiano de sueño. Las señales del hipotálamo viajan a diferentes regiones del cerebro que responden a la luz. En respuesta a la luminosidad, la glándula pineal suspende la producción de melatonina, la hormona que genera la sensación de somnolencia. Sin embargo, al oscurecer es distinto. Durante la noche su presencia resulta perturbadora para el organismo. El sueño sufre.


Suprime la melatonina
Tras un estudio, investigadores de la Universidad de Toronto encontraron que la luz azul suprime la secreción de melatonina con mayor potencia. En consecuencia, resulta más difícil conciliar el sueño y permanecer dormido. Un artículo publicado en el sitio web de la Universidad Estatal de Nueva York advierte que bastan unos minutos de estimulación de una pantalla para retrasar la liberación de melatonina durante varias horas y alterar la sincronización del reloj biológico. Esto causa reacciones adversas, como desequilibrio hormonal, inflamación del cerebro y dificultad para alcanzar el sueño profundo que es la forma en la que el organismo se cura.
Luz led + luz azul
Por otro lado, una publicación en la American Academy of Ophthalmology recuerda que si bien esta clase de luminosidad se asocia con los dispositivos electrónicos, la mayor fuente es la luz solar. Incluso, el doctor Rahul N Khurana, vocero de esa institución, advierte que aún se sabe poco de sus efectos, que siguen siendo materia de investigación.
En cambio se sabe con certeza que la exposición excesiva a la luz ultravioleta del sol aumenta los riesgos de enfermedades oculares, como cataratas y tumores. Energéticamente eficientes, más que las bombillas incandescentes, las luces led tienden a producir más cantidad de luz en el espectro azul, por lo que no son precisamente benéficas para el organismo. Peor aún.
Una publicación de la Harvard Health Publishing de la facultad de Medicina de Harvard advierte que investigaciones serias muestran que puede contribuir al surgimiento de cáncer, diabetes, obesidad y enfermedades cardiacas, además de trastornos del sueño.

¿Qué hacer?
Procurar un estilo de vida saludable que favorezca medidas higiénicas, como acostarse a la misma hora todas las noches y evitar las pantallas, contribuirá a tener un ciclo de sueño reparador.
Una de las recomendaciones de la Clínica de Trastornos del Sueño de la UNAM es evitar la exposición frente a las pantallas de dispositivos electrónicos que emanen luz azul, unas dos horas antes de acostarse.
A través de Harvard Health Publishing, la facultad de Medicina de Harvard sugiere la utilización de luces rojas tenues durante la noche, ya que es menos probable que alteren el ritmo circadiano y supriman la producción de melatonina.
También ayuda hacer pausas periódicas de los dispositivos usando la regla 20-20-20: cada 20 minutos cambiar el enfoque de los ojos para observar un objeto colocado a 20 pies (6 metros) de distancia durante 20 segundos, al menos.

Frente a la computadora
-Sentarse a unos 60 cm o a un brazo de distancia de la pantalla. Esta debiera estar colocada a una altura que permita que la vista se desplace levemente hacia abajo cuando se mira de frente. De ser preciso, conviene elegir una silla que permita ajustar la altura.
-Regular el brillo y el contraste de la pantalla del ordenador, así como disminuir las fuentes de luz y de lámparas cercanas al equipo para aliviar el cansancio visual.

En modo noche
-Por la noche, coloque los dispositivos en modo noche u oscuro. Esta opción disminuye el brillo de la pantalla y los colores cálidos no confunden tanto al organismo como para que considere que es de día y que debe permanecer alerta.
-Preferir el uso de anteojos en lugar de lentes de contacto al usar la computadora durante periodos prolongados, para aliviar las molestias de resequedad e irritación.
