Su talento como diseñador de objetos de iluminación ha sido aplaudido desde sus inicios, y su trabajo reconocido internacionalmente con premios de prestigio. Matthew McCormick ha recibido el premio A’Design en productos de iluminación y diseño de proyectos en 2017 y el Premio Europeo de Diseño de Productos en 2017; apenas tres años después de que lanzara su primera colección reconocida: Halo. Además, es común descubrir su marca en las páginas de publicaciones de renombre. Y sin embargo, Matthew McCormick no empezó como diseñador de objetos de iluminación, sino como director de arte, pasando por contratista eléctrico.
Estudiante eterno
El camino que Matthew McCormick ha recorrido desde que egresó de la carrera de Gestión de comunicaciones gráficas, de la Universidad de Ryerson en 2003, le ha brindado oportunidades de crecimiento y aprendizaje continuo. Y él ha sabido aprovecharlas todas. Así, ha conocido de primera mano la labor que desempeñan los fabricantes, diseñadores y comerciantes, tanto como el trabajo de los carpinteros y artesanos vidrieros. Es una especie de estudiante perpetuo, siempre a la caza de nuevos conocimientos y de sus aplicaciones en el terreno de la iluminación.
Nacido en Toronto en 1979, sus inicios como diseñador de iluminación fueron un tanto fortuitos. Resulta que tras licenciarse de la universidad trabajó como director de arte en varias agencias, hasta que recibió su primer encargo para iluminar casi por azar. Para vestir su propia casa recién comprada, realizó un candelabro de bronce con forma de rama que colgó en su cocina algo estéril. Poco después, un invitado quedó encantado con esa lámpara un tanto orgánica y le comisionó que diseñara la iluminación del restaurante en el que él trabajaba. Armado con unas cuantas herramientas y un soplete, McCormick elaboró esa primera tarea en un estacionamiento.
Halo, un hito en su carrera
Terminó asociándose con esa empresa de contratación eléctrica que le encargó el primer proyecto. La asociación no duró mucho, porque su propia firma de iluminación especializada comenzó a despegar con gran éxito. Pronto, sus colecciones de lámparas distintivas y elegantes empezaron a hacer eco en el mercado de la iluminación.
Cada una de las colecciones es realizada con base en una específica idea, espacio, intención o proyecto, como Halo Chandelier, en 2014, que fue un punto de inflexión. La colección Halo se inspira en las burbujas del prosecco de la firma italiana que le encargó una araña de dos pisos. A partir de entonces, el diseño de lámparas creció y evolucionó, y ha dado lugar a hermosas y ya icónicas piezas como Mila, la colección de colgantes en forma de perla, nombrada en honor a la hija pequeña de McCormick.
Tradición artesanal y tecnología de última
Cada uno de los productos que lleva su firma es el resultado de equilibrar la tradición de los procesos artesanales, con la última tecnología. De este modo, reflejan un enfoque modernista. “Creo no en la suma de las partes, sino en el valor intrínseco de cómo se usen”, ha comentado el diseñador cuyo estudio crea proyectos de iluminación tan única y original como el espacio mismo en cuestión, ya sea desde un simple accesorio, hasta instalaciones artísticas que requieren iluminación a gran escala.
Características distintivas y originales
Con base en Vancouver, el Estudio Matthew McCormick fundado en 2013, produce iluminación de características especiales y muy distintivas, como Cascadia, así como instalaciones artísticas. Todos los productos de iluminación se fabrican en Canadá por una red de jóvenes fabricantes y artesanos comprometidos con la calidad, para que cada pieza conserve su carácter único y especial. Por otro lado, el estudio tiene la capacidad de proporcionar iluminación escultórica a medida. En suma, posee la destreza para iluminar un espacio con un diseño mínimo si se requiere, pero de calidad extraordinaria siempre.