Nacida a partir de un experimento: sumergir una bombilla en pintura, Dipping Light se convierte en lámpara de coloridos acabados. Ahora, la pieza de Marset amplía su abanico de tonos con crema, chocolate y burdeos. Así, la familia de luminarias se enriquece con una paleta más cálida, sobria y armoniosa. Bajo la luz de los nuevos colores, Marset busca explorar el significado del cromatismo, la materialidad y la imperfección. La idea es encontrar puntos de convergencia entre diferentes procesos creativos. Es entre lo conceptual y lo espiritual que el color construye su propia narrativa.
Diseño y arte
Para celebrarlo, el diseñador de Dipping Light, Jordi Canudas, coincidió con el pintor Barquero en una ilustrativa conversación. Esta tuvo lugar el 19 de febrero en Barcelona. Aunque cada uno utiliza un proceso creativo diferente, encuentran en el lenguaje del color un vínculo entre el diseño y el arte. Así, el diálogo explora el significado de cómo se utilizan los diferentes colores y materiales en distintos procesos creativos. El próximo 5 de marzo, Jordi Canudas visitará el Showroom Diez Company (Campos Elíseos 136, Polanco), para contar la historia detrás de la colección Dipping. Tendrá lugar a las 19 horas y la entrada está limitada a 100 personas.
Luz tamizada
Encendida, Dipping Light de Marset resulta fascinante. Sus distintas tonalidades de pintura tamizan la luz creando un efecto mágico en el ambiente. Cuando está apagada, se transforma en una decorativa esfera de cristal gracias a su gran carga estética.
Círculos concéntricos
La apariencia llamativa de Dipping Light se debe a los círculos concéntricos creados por las varias capas de pintura. Estas atrapan la luz atenuando su intensidad. Así la pantalla se convierte en pantalla, coloreando la luz y proporcionándole textura. Dicha esfera se posa sobre una base de grafito o latón cepillado. El proceso artesanal hace que cada luminaria sea única y exclusiva.
Alma que emociona
La colección Dipping Light de Marset se integra por versiones de suspensión, mesa, techo, muro en dos variantes y portátil. La versión de mesa se ofrece en dos medidas, además de la portátil de 20 cm de diámetro. Cada lámpara ilumina con distintas tonalidades luminosas en función del color de la pintura, generando iluminación de ambiente. A través de la pintura, Jordi Canudas convierte su diseño en algo más que un objeto con forma y función: un accesorio con alma capaz de emocionar.
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