Diseñador industrial egresado de la escuela de Artes y Oficios de Barcelona, Joan Gaspar ha diseñado todo tipo de mobiliario y productos industriales. Su larga trayectoria de diseño inició en 1988 en su natal Barcelona. Esa experiencia le ha dado una visión que pocos creadores de interiorismo e iluminación aportan a una industria en constante cambio y movimiento tecnológico. Con las colecciones de TLX y Jaima ha demostrado una vez más su talento estético y funcional, pero también sostenible. Gaspar y Marset son un tándem colaborativo desde 1996, que ha dado piezas como Caramel, Roc, Ringo, Bohemia, Ginger, Plaff-on!, Domus y más.
Diseño perdurable

¿Cómo logra Joan Gaspar mantener un estilo distintivo alejado de modas pasajeras y que Marset ponga las reglas, y no seguirlas?
Nosotros intentamos evitar las tendencias. En el sentido estricto afecta el entorno y no podemos vivir de espaldas a él. Cuando ves repetidamente cierta estética y en distintos formatos o tipos de producto significa que ya es una tendencia. Esta suele ser enemiga de lo duradero. Lo que me interesa es que nuestras lámparas perduren y su integración en los espacios se mantenga vigente. Además, que sean coherentes, directas y poco rebuscadas, que busquen la simplicidad. Por tanto, prefiero enfocarme en la subjetividad del proceso creativo.
Piezas versátiles
¿Qué materiales y técnicas has encontrado más efectivos para asegurar la durabilidad y funcionalidad en interiores tanto como en exteriores?
Cuando diseñé TLX, en 2008, pretendía darle a una lámpara de exterior un carácter de lámpara de interior y empecé con el aspecto y material de la pantalla. Desde entonces ha sido exitosa y un referente que se convirtió en una filosofía orientada a la iluminación de exterior. Más tarde diseñé Jaima, más versátil y de usos alternativos. Al ser una pantalla confeccionada con tejido blanco en la parte interior, aporta buena reflexión de luz. Además, podía poner color a la parte externa con el mismo tejido. Esto permitió darle un aire más sugestivo al conjunto y a la iluminación.
Luminarias que aportan interés

Desde 1996 Joan Gaspar ha desarrollado muchos productos para Marset, ¿cómo ha evolucionado tu propia experiencia de diseño?
Hemos ido adaptando y construyendo nuestro relato al hacer productos que no resulten indiferentes y que aporten interés. No siempre fue fácil, ni tuvimos el nivel de aciertos que logramos actualmente. También es cierto que el método de trabajo es muy parecido al de aquel tiempo. A nivel de diseño y de producto, los sentimientos y anhelos son los mismos; mi manera de entender el diseño, también. Y lo que Marset propone como marca siguen siendo lo más importante siempre.
Adaptarse a las limitaciones

Has colaborado con diversas figuras y marcas en el ámbito del diseño, ¿qué te ha dejado esa experiencia?
He diseñado objetos y productos para otras empresas: desde sillas, chimeneas, mobiliario urbano, doméstico, cortinas, spa, artículos industriales para piscinas y hasta sanitarios. Todo me ha servido para acumular experiencia y entender realidades industriales y empresariales distintas. Es imprescindible que el diseñador sepa comprender y adaptarse a las limitaciones y puntos fuertes de cada cliente y proyecto. La colaboración más determinante en mi carrera profesional, en todos los sentidos, es con Marset, es mi proyecto, así lo veo.
Sostenibilidad sin demagogia

¿Cuáles son los objetivos a futuro de Joan Gaspar pensando en el mercado cambiante?
La sostenibilidad es algo que nos preocupa a todos. Sin embargo, creo que debemos desgranar y mirar con atención de qué estamos hablando y qué significa. Veo demagogia en exceso y muchos departamentos de comunicación y anuncios colocando la palabra sostenibilidad cada cuatro frases, pero hay que hacerlo de verdad.
Lámparas que se heredan

¿Cómo lo implementa Joan Gaspar en Marset?
Hace unos años, cuando nadie hablaba tanto de estas cuestiones, recuerdo que Javier Marset me dijo que la durabilidad de lo que hacemos en todos los sentidos era nuestra mayor aportación a la sostenibilidad. En aquel momento me pareció poco; estoy hablando de hace, al menos, 8 años… Hoy es prioridad. Se trata de que nuestras lámparas no acaben tiradas en un contenedor, sino que se hereden. Que aparezcan en mercados de segunda mano y sean valoradas por los consumidores futuros.
Adaptación, la clave

¿Y en cuanto a la AI y otras tecnologías qué piensa Joan Gaspar?
Nuestra adaptación a los cambios tecnológicos ha sido buena, hasta el momento. De hecho, creo que una de las razones de nuestro crecimiento a todos los niveles se debe a una buena adaptación de nuestros ideales a las nuevas posibilidades técnicas. Espero seguir acertando; sinceramente no me veo sobrepasado por el momento.

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