De innegable inspiración orgánica, Tilia de Foscarini se eleva en el espacio como un sistema luminoso que parece multiplicarse. Por sus formas fluidas, el candelabro evoca la belleza de los fractales y las secuencias de Fibonacci. Es decir, esos principios matemáticos precisos percibidos en la ramificación de los árboles y las nervaduras de las hojas.
Nubes brillantes
Diseñada por Francesca Lanzavecchia, Tilia se compone de unos pocos elementos esenciales: dos brazos y dos articulaciones. En los extremos de la estructura metálica ramificada habita un difusor de vidrio de borosilicato opalino. Cada uno emite una luminosidad suave, y resplandecen como pequeñas nubes brillantes, envolviendo el entorno.
Modularidad versátil
Por su flexibilidad, este sistema de araña orgánico crece con elegancia natural. Así, es posible reconfigurarlo en composiciones verticales u horizontales, que preservan un equilibrio ordenado. Además de iluminar ambientes reducidos e íntimos, la versátil modularidad de Tilia de Foscarini permite su expansión. De este modo puede adaptarse a entornos más amplios al aumentar en número. No obstante, no domina el espacio, lo habita con gracia, generando una serena sensación de asombro.
Asimetría luminosa
Tilia de Foscarini invita a abrazar la asimetría y la poesía de la evolución. Por ello, los puntos de conexión permanecen a la vista, convirtiéndose en pequeños acentos decorativos. Parecieran, además, brotes botánicos de un organismo vivo en pleno crecimiento o pequeñas joyas deslumbrantes. Más que brillar, la pieza respira, de manera fluida e intuitiva.
Tres acabados
El candelabro Tilia de Foscarini está disponible en tres acabados mudos: verde azulado, magenta y blanco rosado. Tanto su configuración compacta y vertical como la ancha y escenográfica ofrecen soluciones de iluminación para entornos residenciales y contract. Su delicada presencia transforma el entorno, no imponiéndose, sino evolucionando con él.
Formas orgánicas
“Este proyecto nación de mi profunda fascinación por el crecimiento natural, la asimetría y la inteligencia de las formas orgánicas”, expresó Francesca Lanzavecchia. La pieza se presentó durante la Semana del Diseño de Milán en distintos escenarios.
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