Verde, terracota y mostaza son los nuevos acabados con que Marset expande la colección Funiculí. Los llamativos colores son alegres y vívidos y están disponibles para las versiones de muro, piso y mesa. Su intensidad ayuda a definir las formas y a destacar el diseño de la lámpara. Con estos tonos se amplían las posibilidades de iluminación en cualquier ambiente de interior.
Luminaria esencial
Diseñada por Lluís Porqueras, Funiculí de Marset es una lámpara básica y funcional. Está apegada a la visión de su autor sobre el diseño: eliminar lo superfluo y dejar un objeto esencial: bello, útil y sencillo. Ahora, su diseño minimalista y refinado destaca aún más en los tres alegres tonos.
Luz ambiental
Al ser una lámpara ligera de líneas simples que ha dejado de lado lo superfluo, el color adquiere protagonismo. El terracota aporta intensidad al espacio. De este modo puede funcionar como luz de ambiente directa. El amarillo mostaza añade una chispa de viveza y diversión a la luminaria, en tanto que el verde genera una sensación de frescura y calma.
Pieza emblemática
Presentada en 1979, Funiculí es una muestra de que cuando el diseño de la pieza es correcto, trasciende la prueba del tiempo. Reeditada en 2013, se ha convertido en un emblema de la colección de Marset. Ahora se edita en tres nuevos colores que amplían aún más sus posibilidades. Esta gama se une a los neutros ya disponibles: gris musgo, negro y blanco roto.
Movilidad máxima
Dada su ligereza, casi no ocupa lugar y puede funcionar como lámpara de ambiente o aportar luz directa. Además, la pantalla ostenta máxima movilidad, por lo que es posible dirigir la luminosidad hacia donde se desee. Puede orientarse hasta 360 grados y enfocar el haz en cualquier dirección. Por otro lado, Funiculí de Marset cuenta con un sistema de doble pinza que permite variar la altura del difusor subiéndolo o bajándolo a lo largo de su eje.