Guillermo Solana: “Me interesa mucho la estética de la luz que tiene resonancias metafísicas y teológicas”

Como director artístico del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, una de las instituciones culturales más importantes de España, ha llevado a cabo importantes exposiciones y ha contribuido al enriquecimiento de la colección del recinto con nuevas adquisiciones y donaciones. Reconocido historiador y crítico de arte español, Guillermo Solana posee amplia experiencia y conocimiento en el campo del arte, que le han valido reconocimiento y respeto en la comunidad artística. 

Doctor en filosofía

Guillermo Solana obtuvo su licenciatura en Filosofía en la Universidad Autónoma de Madrid y donde posteriormente cursó un doctorado en Filosofía. Durante su destacada carrera académica, ha sido profesor de Estética y posteriormente profesor titular de Estética y Teoría de las Artes en su alma mater. También ha participado como conferencista en numerosos eventos y como parte de jurados y comités de selección en el ámbito del arte contemporáneo. Ha escrito numerosos artículos, libros de arte y catálogos de exposiciones, contribuyendo a enriquecer el campo del arte contemporáneo siendo reconocido a nivel nacional como internacional.

Transformación y retos 

¿Cuáles han sido los mayores retos a los que te has enfrentado al liderar el museo durante periodos de transformación y desafíos y cómo los has abordado para mantener su relevancia e impacto en el panorama artístico actual? 

Cuando asumí la dirección del Thyssen, en 2005, el capitalismo global disfrutaba todavía de una larga fase de expansión y los museos vivían una “edad de oro”, con grandes éxitos de público y una enorme facilidad para encontrar sponsors. En ese entonces, la ambición de los museos era la expansión ilimitada, tanto en masas como en espacio, así como en el crecimiento del número de visitantes y en la ampliación de sus instalaciones. Esto terminó por la crisis de 2008. En 2012, nuestro museo perdió a su patrocinador más importante: la Fundación CajaMadrid, y tuvimos que reinventarnos. Todos los involucrados en el mundo de los museos, a escala global, han cambiado mucho en la última década. Por ejemplo, hoy se piensa en términos de sostenibilidad, así que hemos renunciado a las exposiciones blockbuster en favor de muestras más modestas. Trabajamos más con nuestras propias colecciones y exploramos los modos de llegar a públicos más diversos, haciendo del museo un lugar más inclusivo. 

Arte contemporáneo

El arte contemporáneo se encuentra en constante evolución, desafiando las convenciones y explorando nuevas formas de expresión. ¿Cómo ha respondido el Museo Thyssen-Bornemisza a estas nuevas corrientes artísticas y cómo ha fomentado Guillermo Solana la diversidad y la innovación en las exposiciones y programas del museo? 

En los últimos años, nuestro museo se ha abierto al arte contemporáneo gracias a Francesca Thyssen-Bornemisza, destacada coleccionista y miembro de nuestro patronato. La fundación creada por ella, Thyssen-Bornemisza Art Contemporary – TBA21, trae a nuestro museo cada año dos exposiciones de arte contemporáneo, sobre todo de medios audiovisuales. Otro de los hijos del barón Thyssen, llamado Borja, y su esposa Blanca han comenzado también una generosa colaboración con el museo, compartiendo con el público su colección de pintura contemporánea y adquiriendo importantes creaciones contemporáneas para depositarlas en el museo.

Accesible e inclusivo

¿Cómo selecciona Guillermo Solana las obras que formarán parte de las exposiciones del Museo Thyssen-Bornemisza y cómo busca establecer diálogos y conexiones entre ellas para contar historias enriquecedoras a los visitantes? 

Cada exposición es un mundo. Dependiendo de si es una monográfica de un artista o una muestra temática, de si se trata de maestros antiguos o clásicos modernos o arte contemporáneo, etc. Lo importante es que el curador o curadora respete las características propias de cada obra de arte y busque el mejor modo de hacerla accesible al público.  

Tiziano, impactante

Baco y Ariadna, de Tiziano, 1520.

Como experto en arte, seguro has tenido experiencias transformadoras al contemplar ciertas obras. ¿Podrías compartir con nosotros un momento o una obra en particular que te haya impactado profundamente y cómo ha influido en tu perspectiva y enfoque como director artístico? 

En mis visitas de muy joven al Museo del Prado, recuerdo la profunda impresión que me causaron dos pinturas de Tiziano, La bacanal de los andrios y La ofrenda a Venus. Junto a otra pintura de Tiziano del mismo ciclo mitológico, su Baco y Ariadna de la National Gallery de Londres, estas son para mí las mejores pinturas del mundo.

Turrell, favorito

Desde los juegos de luces y sombras de Caravaggio hasta las instalaciones luminosas de James Turrell, la luz ha sido un medio de expresión fascinante y recurrente utilizado por grandes maestros. ¿Cuáles son algunos artistas que consideras destacados en su manejo de la luz y cómo han influido en tu apreciación y comprensión del arte? 

James Turrell es uno de mis artistas favoritos. Disfruté mucho su retrospectiva en el Museo Guggenheim de Nueva York, en 2013 y siempre he soñado con visitar su Roden Crater, en Arizona. Otro artista de la luz que me fascina es Doug Wheeler. Para mí la experiencia de su instalación en el Guggenheim de Bilbao en el año 2000 fue una verdadera epifanía. Wheeler creaba allí un espacio de superficies curvas, sin aristas, sin referencia espacial ninguna, inundado por una luz suave y uniforme, lo que producía la sensación de caminar en una densa niebla. Se trataba de algo similar al llamado efecto Ganzfeld, una situación de privación de estímulos que puede producir desorientación e incluso estados alterados de conciencia. 

Neoseries de Maestros

Santa Catalina de Alejandría, de Caravaggio, hacia 1598.

Uno de los aspectos más emocionantes del mundo del arte es acercarlo a la gente. Frente a ello, ¿cuál ha sido el balance de la colaboración entre el Museo Thyssen-Bornemisza y Santa & Cole con la colección de Neoseries de Maestros? 

Interesante.

Obras icónicas

La ninfa de la fuente, de Lucas Cranach “el Viejo”, hacia 1530.

¿Cómo seleccionaste la obra que conformó la colección de Neoseries de Maestros? 

Se trataba de elegir 15 obras maestras que fueran icónicas y que representaran toda la variedad de la colección, en épocas, géneros y estilos: desde una virgen, de Petrus Christus, hasta una Venus, de Rubens; desde una ninfa, de Cranach, a una composición casi abstracta de Robert Delaunay.

Mujeres artistas

Pareja tumbada en la hierba, de Gabriele Münter (sello postal).

¿Qué se avecina para el Museo Thyssen-Bornemisza en este 2024? 

El año que viene lo dedicaremos sobre todo a la creación de mujeres artistas, desde la española Isabel Quintanilla (una excelente pintora realista que falleció en 2017), hasta la expresionista alemana Gabriele Münter. También tendremos una exposición titulada La mirada descentrada, destinada a someter a crítica la huella del colonialismo en las obras de nuestra colección.

Efecto inmersivo

¿Cómo trabaja Guillermo Solana con la iluminación en el museo para resaltar la belleza y el impacto visual de las obras y cómo crees que la iluminación influye en la experiencia del visitante? 

En las exposiciones de pintura, escultura y dibujo (los medios audiovisuales tienen, obviamente, otra problemática), mi estilo preferido consiste en reducir la iluminación ambiental y dirigir la luz de los focos a las obras de arte, para producir un efecto inmersivo: que el espectador concentre su atención en las obras de arte y se olvide de todo lo que las rodea.

Estética de la luz

La Santa, Metropolitana y Patriarcal Iglesia Catedral de Santa María de la Sede y de la Asunción de Sevilla.

¿Crees en el concepto de la divinidad de la luz que ha sido asociada con lo sagrado, lo trascendental y lo divino en muchas religiones y creencias espirituales? Si es así, ¿qué significa para Guillermo Solana? 

Me interesa mucho la estética de la luz, que tiene resonancias metafísicas y teológicas desde Plotino, el fundador del neoplatonismo. La teoría más extendida en su época (y quizá todavía en la nuestra) identificaba la belleza con las (buenas) proporciones de un cuerpo o un objeto. Para Plotino, esa explicación dejaba fuera la belleza de los fenómenos luminosos y también el encanto de los ojos, de la mirada, que expresa la vida del alma. Así que Plotino fundó su propia estética sobre la luz, que para él era más que un fenómeno material: la manifestación sensible de la energía espiritual emanada del uno. La estética luminista de Plotino fue transmitida al Medievo cristiano por el autor conocido como Pseudo-Dionisio y desarrollada por el abad Suger de Saint-Denis, así como Ricardo y Hugo de San Víctor, y dos grandes pensadores franciscanos: Robert Grosseteste y San Buenaventura. Esa tradición inspiró la estética de las catedrales góticas y la Divina comedia de Dante.

La Virgen del árbol seco, de Petrus Christus, hacia 1465.

Encuentra productos de iluminación en Diez Company.

Scroll al inicio